En Symetrias seguimos con nuestro proyecto sobre las mujeres que han contribuido y contribuyen al desarrollo social y cultural de la sociedad.
Mujeres con un valor incalculable como referentes para las generaciones futuras, tanto niñas como niños, que pueden crecer entendiendo que tanto hombres como mujeres podemos jugar un papel igual de importante en todos los aspectos de la vida.
Nuestro proyecto dedica un artículo por mes a una gran mujer. Nuestra idea es dar valor a la contribución que el talento femenino ha tenido y tiene a lo largo de la historia. En esta segunda publicación de este gran proyecto nuestra mujer del mes en Symetrías es: Virginia Woolf
Mujer del mes en Symetrias: Virginia Woolf
Virginia Woolf, de nacimiento Adeline Virginia Stephen, fue una escritora británica, considerada una de las más destacadas figuras del vanguardista modernismo anglosajón del siglo XX y del feminismo internacional.
Figura destacada del modernismo literario del siglo XX y pionera del feminismo, la vida de la autora británica, llena de depresiones, fue en realidad su escritura.
Virginia Woolf está considerada como una de las escritoras más importantes del siglo XX. Su técnica narrativa del monólogo interior y su estilo poético destacan como las contribuciones más importantes a la novela moderna. La publicación de sus cartas, ensayos y diarios una vez fallecida, y a pesar de los esfuerzos de su marido por evitarlo, han significado un legado muy valioso tanto para las futuras y los futuros escritoras y escritores como para lectores y lectoras que buscan obras que se salgan de lo convencional.
Pero toda su atribulada existencia se entiende mejor conociendo la raíz de su vida, en el seno de un ambiente familiar tan culto y liberal como complejo en sus circunstancias, ya que Adeline Virginia Stephen, su verdadero nombre, nació en Londres el 25 de enero de 1882. Su padre era sir Leslie Stephen, un destacado crítico literario, historiador y también alpinista famoso. Su madre, por su parte, Julia Duckworth, era miembro de una familia de importantes editores.
Mujer del Mes en Symetrias: VIRGINIA WOOLF
Según las memorias de la escritora, sus recuerdos más intensos de la infancia no fueron de la vivienda de Londres, sino de Cornualles, donde la familia pasó sus vacaciones de verano hasta que tuvo 12 años. En aquella casa de verano, con vistas a la playa de Porthminster y al faro de Godrevy, Virginia Woolf coleccionó sus primeros recuerdos literarios con paisajes y personajes, especialmente el faro de Godrevy, que ambientaron la ficción que escribió años después, sobre todo en su obra Al faro.
Cuando Virginia tenía 13 años, en 1895, su madre murió de forma repentina por fiebre reumática. Desde ese momento, aún adolescente, y pese a su curiosidad por aprender alemán, griego y latín, comenzó a sufrir estados anímicos depresivos que se convirtieron en crónicos y que con frecuencia le hacían cambiar de ánimo, lo que hoy está diagnosticado como trastorno bipolar de la personalidad. Sin remedio, su vida estuvo ya siempre marcada por ese vaivén emocional que influyó de manera decisiva en su obra y que la obligó a pasar algunas temporadas en lo que en aquellos años se conocía como casas de reposo, y que no eran más que psiquiátricos. Esta enfermedad se agravó con la muerte de su hermanastra Stella dos años después y por el fallecimiento posterior, en 1905, de su padre a causa de un cáncer.
Los cambios de humor y las enfermedades asociadas que sufrió influyeron en su vida social pero no así en su productividad literaria, que mantuvo con pocas interrupciones hasta su muerte.
Virginia Woolf empezó a escribir artículos y críticas regularmente en el periódico The Guardian y para el suplemento literario de The Times, algo que continuó haciendo el resto de su vida. También fue invitada a dar clases en el Morley College, una escuela para mujeres y hombres de la clase trabajadora, donde esporádicamente enseñó literatura e historia inglesa.
A pesar de sus dudas sobre el matrimonio, en 1912 se casó con el economista e historiador Leonard Woolf, a quien conoció en las charlas intelectuales en Bloomsbury, y del que tomó su apellido. Cinco años más tarde ambos fundaron la célebre editorial Hogarth Press, que editaría, entre otras, la obra de la propia Virginia y la de otros relevantes escritores y escritoras, como Katherine Mansfield o T.S. Elliot.
Su primer trabajo en el campo de la literatura fue con una obra de teatro titulada Melymbrosia, en 1908. Este trabajo fue la base para su primera novela, publicada en 1915 (cuando ya tenía 37 años) bajo el título Fin de Viaje.
Cuatro años más tarde publicó Noche y día, una novela romántica de estilo realista y que se desarrolla a través de cuatro personajes que componen un cuarteto amoroso muy particular, con relaciones cruzadas. En ella Virginia Woolf aborda los cambios sociales experimentados en esos años en Inglaterra, especialmente los que tienen que ver con la situación de la mujer y con los conflictos entre la modernidad y la tradición. Como en todas sus obras, deja caer un velado autobiográfico en el que se cuestiona si es necesario que haya amor dentro de un matrimonio y si todavía puede hablarse de amor en una época en la que ya se ha dejado atrás el romanticismo.
Desde sus inicios en la literatura, Virginia Woolf siempre quiso ampliar sus perspectivas de estilo más allá de la narración al uso, con hilos conductores guiados por el proceso mental del ser humano: pensamientos, consciencia, visiones, deseos y hasta olores. Perspectivas narrativas, en definitiva, inusuales, que incluían estados de sueño y prosa de asociación libre.
En 1922 publica El cuarto de Jacob, la primera gran novela de su editorial Hogarth Press, y en la que empezó a experimentar el estilo literario que perpetuó, con un argumento sin demasiado sentido, lleno de metáforas, simbolismos y monólogos interiores.
En 1925 Virginia Woolf logra un gran éxito con La señora Dalloway, posiblemente su obra más conocida. El tiempo en la obra abarca solo doce horas en las que explora la personalidad de la protagonista, Clarissa Dalloway. En ese año también conoció a la escritora Vita Sackville-West, con quien mantuvo una relación amorosa a pesar de que también estaba casada. Aunque la relación terminó sin que se disolvieran sus matrimonios, la amistad continuó durante el resto de sus vidas.
Woolf encontró una musa literaria en su relación con Sackville-West, hasta el punto de que fue su inspiración para la novela Orlando (1928), que supuso un nuevo avance en su estilo y por la que recibió elogios de la crítica por su innovador trabajo, logrando ampliar aún más su popularidad.
En Al faro (1927), Virginia aborda una discusión familiar sobre si realizar o no una excursión a un faro, lo que le sirve a la escritora para liberar todos sus fantasmas familiares y luchas de poder entre el hombre y la mujer al frente de la familia.
Woolf mantuvo su frenesí escribiendo al publicar Una habitación propia en 1929, un ensayo feminista basado en las conferencias que había impartido en universidades de mujeres, y en el que examina el papel femenino en la literatura, planteando la idea de que “una mujer debe tener dinero y una habitación propia si quiere dedicarse a escribir ficción”. Más tarde publicó su siguiente trabajo: Las olas, (1931), considerada por muchos críticos la mejor y de las más difíciles creativamente hablando. Su última novela publicada en vida fue Los años, (1937), sobre la historia de una familia a lo largo de una generación. El año siguiente publicó Tres Guineas, un ensayo en el que continuó con los temas feministas de Una habitación propia y donde también dirigió su mirada al fascismo y la guerra.
Woolf hablaba regularmente en colegios y universidades, escribía cartas dramáticas, ensayos y hasta publicó una larga lista de cuentos. A mediados de los años 30 era considerada una intelectual, además de una escritora innovadora e influyente y una feminista pionera. Sin embargo, a pesar de su éxito literario, ella continuó sufriendo regularmente episodios depresivos y cambios de humor dramáticos.
Entreactos (publicado de manera póstuma en 1941) fue la última novela que terminó, pero que no pudo corregir antes de su muerte, y también es su narración más amarga, al poner de manifiesto la inestabilidad y lo difícil que resulta asimilar lo vivido, para concluir sobre la inutilidad de la existencia.
El esposo de Virginia, Leonard, siempre estaba a su lado porque era muy consciente de que cualquier mínima señal podía apuntar al descenso de la escritora a una nueva depresión. Así ocurrió mientras ella trabajaba en Entreactos, que su marido percibió que se hundía en una desesperación cada vez más profunda. En ese momento, la Segunda Guerra Mundial se estaba desatando y la pareja decidió que si Inglaterra era invadida por Alemania se suicidarían juntos, temiendo que Leonard, que era judío, corría verdadero peligro. Por si fuera poco, en 1940 la casa londinense de la pareja fue destruida en un bombardeo alemán, lo que abatió más aún a Virginia.
Estos últimos sucesos dejaron sin camino de retorno el descalabro emocional que sufría Woolf, quien, a sus 59 años e incapaz de hacer frente a su desesperación, el 28 de marzo de 1941 se puso el abrigo, llenó los bolsillos de piedras y se adentró en el río Ouse para acabar con su vida hasta que la corriente se la llevó. Antes de su trágica decisión dejó dos cartas, una para su hermana Vanessa Bell y otra para su marido Leonard Woolf, las dos personas más importantes de su vida, cumpliendo la premonición de su libro Fin de viaje al emplear unas cariñosas palabras a su marido, tal y como hizo la protagonista de su novela antes de morir.
Su cuerpo fue encontrado tres semanas después y su maridó incineró sus restos y esparció sus cenizas en el jardín de la casa en la que vivían.
Estas son las 10 mejores frases de Virginia Woolf:
1.»Yo me aventuraría a pensar que Anónimo, quien escribió tantos poemas sin firmarlos, fue a menudo una mujer».
2.»Cuántas mujeres olvidadas porque ni siquiera ellas mismas pudieron, pueden o podrán decir «esta boca es mía», «este cuerpo es mío», «esto es lo que yo pienso».
3.“Es obvio el que los valores de las mujeres difieren con frecuencia de los valores creados por el otro sexo y sin embargo son los valores masculinos los que predominan».
4. «Las mujeres han gozado de menos libertad intelectual que los hijos de los esclavos atenienses. Las mujeres no han tenido, pues, la menor oportunidad de escribir poesía».
5.»Las mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y delicioso de reflejar la figura del hombre, el doble de su tamaño natural».
6.»No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente».
7. “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción».
8. “El amor es una ilusión, una historia que una construye en su mente, consciente todo el tiempo de que no es verdad, y por eso pone cuidado en no destruir la ilusión».
9. “Como mujer no tengo patria, como mujer no quiero patria. Como mujer, mi patria es el mundo”.
10.“La belleza debe romperse a diario para permanecer hermosa”.
Icono del feminismo
Con ocho novelas escritas y más de una treintena de libros de otros géneros, Virginia Woolf continúa siendo una de las escritoras más influyentes de la literatura, la autora que más revolucionó la narrativa en el siglo XX y quien más defendió los derechos de las mujeres a través de sus textos.
Virginia Woolf es una de las madres del feminismo contemporáneo. En octubre de 1928, dictó dos conferencias en Cambridge sobre la relación existente entre literatura y mujer. Llegó a la conclusión de que una mujer, para poder escribir, sólo necesitaba independencia económica y personal y esto se resumía en una sola cosa: una habitación propia. Bajo este título reuniría algún tiempo después ambas conferencias en un único volumen que sentaría las bases del pensamiento feminista de la segunda mitad del siglo XX.
Virginia Woolf fue pionera entre las mujeres intelectuales de su tiempo.
Fecha de nacimiento: 25 de enero de 1882, South Kensington, Londres, Reino UnidoFallecimiento: 28 de marzo de 1941, Lewes, Reino UnidoPelículas: Vita & Virginia, Orlando, Señora Dalloway, Simple Gifts, A Room of One’s Own, To the Lighthouse, Las olasObras: Freshwater, Letters to a Young PoetCuentos: Kew Gardens, The Mark on the Wall, The New Dress, The Duchess and the Jeweller, El cuarteto de cuerdas