El término violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones en las que se produce un daño en la satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar, identidad o libertad) como resultado de los procesos de estratificación social, es decir, sin necesidad de formas de violencia directa.

La violencia estructural es un concepto desarrollado por Johan Galtung en los 60, que se refiere a la manera en la que algunas instituciones o estructuras sociales dañan a ciertos individuos impidiendo que se desarrollen y consigan cubrir todas sus necesidades. La violencia estructural impediría que se alcanzase la igualdad.

Ciertas estructuras sociales (ya sean económicas, políticas, culturales, médicas o legales) pueden tener un impacto muy negativo sobre algunos grupos o comunidades concretas. Así, problemas como el clasismo, el sexismo, el nacionalismo o el racismo serían resultado de esta violencia estructural.

Es importante tener en cuenta que el término no se refiere a algún tipo de daño físico causado hacia alguna minoría. Por el contrario, Galtung se refería a la causa subyacente de la diferencia entre el potencial de las personas y los resultados reales que obtienen en las distintas áreas de su vida.

Según algunos autores, la violencia estructural no debe ser llamada simplemente injusticia, ya que causa daños muy reales a las personas que la sufren. Este concepto está a la base de muchos de los movimientos modernos que buscan la igualdad entre distintos grupos.

Características

Crea desigualdad

Las normas sociales de nuestras culturas, además de ciertas instituciones económicas y jurídicas, afectan a diferentes grupos de personas de manera distinta.

Debido a ello, ciertas minorías o grupos menos favorecidos se convierten en víctimas de discriminación.

Uno de los ejemplos más claros se produce si nos fijamos en las diferencias de poder adquisitivo. Las personas de clases sociales más altas tienen acceso a todo tipo de recursos y beneficios; mientras que aquellas con una economía menos fuerte generalmente deben conformarse con servicios de una menor calidad.

Impide o dificulta alcanzar los derechos básicos humanos

Los estudiosos de la violencia estructural dicen que este problema está a la base de las dificultades que tienen algunos grupos para conseguir satisfacer algunas de sus necesidades básicas: supervivencia, bienestar, identidad o libertad.

Debido a la estratificación social (mediante la cual algunas personas son vistas como más válidas o con más derechos que otras), los y las que están en escalafones más bajos de la sociedad no pueden conseguir cumplir sus objetivos ni desarrollar su potencial.

Normalmente, se asocia la violencia estructural a un conflicto entre dos o más grupos, siendo uno de ellos el poseedor de la mayoría de recursos y por lo tanto dificultando el acceso del otro a todo tipo de bienes y servicios.

Está a la base de otros tipos de violencia

La teoría del triángulo de la violencia, desarrollada también por Galtung, trata de explicar la aparición de conflictos de todo tipo dentro de las sociedades avanzadas.

Según este sociólogo, la violencia visible solo sería una pequeña parte dentro de un sistema que la legitima y la acaba causando de manera indirecta.

Así, la violencia directa (la que implica comportamientos y actos violentos) estaría provocada por otros dos tipos, que son la violencia cultural y la estructural.

La estructural sería la peor de las tres, y también la más difícil de detectar, ya que las estructuras que impiden la persecución del propio bienestar no serían visibles.

Por otro lado, la violencia cultural tendría que ver con la aparición de elementos como el arte, la filosofía o la religión que legitiman los otros dos tipos de violencia y nos permiten racionalizar los actos contra un grupo concreto como algo normal.

Tipos

Desde los trabajos de Galtung, la teoría de la violencia estructural se ha desarrollado mucho. Hoy en día, se habla de una gran cantidad de tipos, en función de los grupos que se vean afectados por ella. A continuación veremos algunos de los más comunes.

Clasismo

Uno de los primeros tipos de violencia estructural descritos tiene que ver con las diferencias que se producen en función del estatus socioeconómico que tenga una persona.

Así, las personas de las clases más altas tendrían acceso a una cantidad desproporcionada de recursos, mientras que las de las bajas tendrían muchas dificultades para vivir bien.

El clasismo o lucha de clases está a la base de movimientos culturales como el marxismo y el comunismo, que quieren acabar con esta supuesta desigualdad.

Racismo

Otro de los tipos de violencia estructural más mencionados es aquel por el cual se favorecen a miembros de algunas razas (principalmente la caucásica) a la vez que se discrimina a otras.

Por ejemplo, se ha observado repetidas veces que en Estados Unidos, las personas afroamericanas ganan menos dinero de media al año, tienen peores resultados académicamente, y tienen más probabilidades de verse implicados en crímenes violentos. La violencia estructural estaría a la base de estos problemas.

Sexismo

Hoy en día, probablemente el tipo de violencia estructural más mencionado es el sexismo; es decir, la discriminación de las personas en función de su género.

Especialistas creen que las mujeres sufren todo tipo de problemas debido a la presencia de estructuras sociales y culturales que les impiden alcanzar todo su potencial.

Así, por ejemplo, se intentan explicar fenómenos como la menor presencia de mujeres en puestos de responsabilidad o sus sueldos medios más bajos desde la óptica de la violencia estructural.

Homofobia

Otro grupo supuestamente más discriminados por las estructuras sociales es el colectivo LGBT. Las personas con una orientación sexual distinta a la heterosexualidad sufrirían todo tipo de efectos negativos debido a este aspecto de sus vidas, especialmente en las culturas menos desarrolladas.

Ejemplos

Podemos encontrar ejemplos de violencia estructural en todos aquellos casos en los que una persona no puede acceder a algún tipo de posición, bien o servicio debido a un aspecto de su identidad como su origen, su sexo, su religión o su orientación sexual.

La violencia estructural es un proceso coyuntural, según Galtung, en cuyo centro se halla la explotación. En el caso de las mujeres la refleja mejor el concepto de dominación, algo que va más allá de lo económico. Se trata de una violencia derivada del lugar que ellas ocupan en el orden económico y de poder hegemónicos. El que la estructura de la propiedad y de los salarios sea desigual, cobrando menos las mujeres por trabajos iguales a los de los hombres, que la pobreza en el mundo tenga rostro de mujer –la feminización de la pobreza-, es violencia estructural contra ellas. También lo es el que el poder con mayúsculas, responsable de la toma de decisiones importantes que atañen a las vidas de hombres y mujeres, esté sesgado a favor de los hombres. Ellos son quienes ocupan los cargos importantes, las presidencias de los gobiernos, las jefaturas de las iglesias, los puestos dirigentes de la mayoría de las instituciones y corporaciones. También es violencia estructural, por lo que tiene de incremento de pobreza y de carga de trabajo añadida, el que la mayoría de las familias monoparentales, con hijos pequeños o mayores dependientes, caiga bajo la responsabilidad única de una mujer.

Controversia

A pesar de que la teoría de la violencia estructural está bastante extendida hoy en día, muchos y muchas científicos y científicas creen que no se trata de una explicación satisfactoria para los problemas que sufren ciertos colectivos.

El hecho de que no se haya recopilado suficiente evidencia científica al respecto hace que hoy en día podamos afirmar categóricamente la existencia de la violencia estructural o, en todo caso, de los efectos que supuestamente provoca.

UNA DISTRIBUCIÓN INJUSTA DE LOS INGRESOS, EL DESEMPLEO O UNA CRISIS ECONÓMICA CONSTITUIRÍAN VIOLENCIA ESTRUCTURAL

SYMETRÍAS