Aquí está la segunda publicación de nuestra tira cómica Symetrías. En ella os seguimos contando las aventuras que les pasan a tres amigos, Nico, Lucía y Marcos que cursan secundaria.
La ilustradora es Sandra Llanas: El dibujo y la pintura es su forma de conectar y dar luz a su creatividad. Licenciada en Bellas Artes por la Complutense especializándose en Pintura.
Caricaturista, Ilustración, muralista… nada le para y ahora recoge el testigo de los dibujos de Symetrías dando vida a Nico, Lucía y Marcos.
Estereotipos de género: Los chicos no lloran
Los estereotipos de género son aquellas ideas o creencias arraigadas en la sociedad relacionadas con cuál es o cuál debería ser el rol de los hombres y las mujeres. De este modo, se caracterizan porque atribuyen rasgos, actitudes, comportamientos y patrones a cada uno de los géneros, los cuales son compartidos por mucha gente y, por lo tanto, forman parte del imaginario de una determinada comunidad.
La mayoría de chicos en algún momento, hemos oído la frase “Los chicos no lloran”. El estereotipo masculino de género propone que los chicos deben ser duros, fuertes, valientes, insensibles, competitivos, y un largo etcétera. Abrazarse, y mucho menos darse dos besos, con un amigo para saludarlo, o simplemente llorar delante de otros chicos o chicas, son comportamientos que no todos los chicos se permiten. Cuando preguntamos a alumnos de secundaria por qué creen que pasa, tienen claro el por qué.
Muchos chicos y chicas responden que es porque algunos chicos tienen miedo a que pongan en duda su masculinidad y lo que eso implica en el espacio del aula.Todavía recuerdo algunos ejemplos de chicos en estas situaciones. Un adolescente de 1º de la ESO contó en clase que cuando tenía 6 años recuerda que su tío le pegaba cada vez que lloraba, “los chicos no lloran!”
¡Qué presión para algunos niños que aprenden de modelos masculinos violentos en su entorno más cercano!
Mientras la crianza de las niñas se enfoca cada vez más en darles herramientas para que se empoderen y sepan que pueden ser lo que quieran ser, la de los niños sigue manteniendo sus estructuras conservadoras basadas en estereotipos de género. Por ello, en Symetrías hemos realizado esta tira cómica «los Chicos no lloran».
Tres ejemplos más de estereotipos de género
A continuación queremos presentarte algunos ejemplos concretos de estereotipos de género que en algún momento hemos escuchado. Presta atención; quizá tú también los repitas y aún no seas consciente de ello:
- «Fíjate, ella aquí y sus hijos en casa»
Rosa María Calaf es una de las protagonistas del vídeo ‘A mí también‘ , en el que junto a otras mujeres como Cristina Cifuentes, Eva Amaral, Elena Valenciano, Leticia Dolera o Carmen García de la Cueva denuncian experiencias de machismo cotidiano.
En el caso de la periodista, cuenta cómo ha sido cuestionada por su decisión de no tener descendencia y recuerda las veces que ha escuchado cómo juzgaban a sus compañeras. «Fíjate, esta aquí jugándose la vida y sus hijos en casa».
- «La maternidad impide que las mujeres se centren en su trabajo»
Si esto sucede, no es por la maternidad en sí misma sino por las condiciones laborales y sociales. Nos referimos, por ejemplo, al tipo de leyes que intentan regular estas circunstancias y a su alcance y eficacia. A lo mejor deberíamos empezar por elaborar marcos legales más justos y con verdaderas garantías para una conciliación real de estos dos aspectos. También existen otros factores como la mentalidad: el volumen de hombres que solicitan bajas por paternidad es aún bajo porque aún existen muchos hombres que no quieren renunciar a su posición laboral.
- «La mujer no tiene la suficiente autoridad para ocupar cargos directivos»
Numerosos ejemplos desmontan este estereotipo. Las mujeres han demostrado que tienen las mismas capacidades que los hombres para ocupar altos cargos y dirigir equipos. De hecho, en muchos casos han demostrado una gestión mucho más eficaz que los hombres en diferentes áreas o disciplinas. Otra cosa es que el sistema laboral limite su acceso a dichos cargos.
Liberación de estereotipos
El feminismo como sinónimo de una sociedad mejor se conseguirá con educación, conciencia y apoyo de la comunidad internacional y también supondrá una liberación de los estereotipos que soportan los hombres.
Los estereotipos son construcciones ficticias que, aunque están bien arraigadas en el imaginario colectivo y el día a día, es posible combatirlos en pro de una sociedad más equitativa. ¿Cómo? Comenzando por la educación de nuestros y nuestras hijos e hijas y, sobre todo, a través del ejemplo.