En Symetrías hemos creado una infografía sobre las nuevas masculinidades para explicarte de una forma sencilla, qué son y a quién afecta.
Las nuevas masculinidades buscan que cada uno exprese su género como quiera. La sociedad machista hace que los hombres sientan que deben actuar según el estereotipo y que sean reacios a mostrar vulnerabilidad, cuando en realidad es posible que sean seres sensibles, afectivos y sobre todo, vulnerables.
La igualdad de mujeres y hombres es un principio jurídico, ético y político universal, enraizado en nuestra sociedad, que está presente en las relaciones interpersonales, y además, está reconocido también en diversos textos internacionales sobre derechos humanos.
Nuevas masculinidades
El sexo es una categoría asociada a características biológicas que tienen las personas. De
este modo, se establece la división hembra-macho, unas categorías deterministas que no
cambian a través del tiempo ni de las culturas.
El género, sin embargo, es una categoría construida social y culturalmente, que viene a
definir qué se entiende en cada sociedad y cultura por femenino y masculino. Por tanto, delimita qué valores, conductas y expectativas deben ser propias de los hombres y cuáles
propias de las mujeres en ese contexto determinado. Lo femenino y lo masculino se aprende
y, por lo tanto, se puede modificar. El género explicaría en nuestra sociedad las desigualdades entre los hombres y las mujeres.
A ser hombre o mujer, niño o niña, se aprende, y esa definición está condicionada incluso antes del nacimiento.
De este modo, las niñas y los niños son transformados en mujeres y hombres a través de
un proceso de socialización que se encarga de fomentar las actitudes que se consideran
adecuadas para cada sexo, o bien, de reprimir aquellas que no se ajustan a los roles y estereotipos establecidos.
INFOGRAFÍA NUEVAS MASCULINIDADES
Nuestra infografía sobre las nuevas masculinidades nos explica que el modelo hegemónico de masculinidad impone a los hombres una forma estereotipada
y estricta de pensar, ser, estar y actuar en el mundo. Este modelo de masculinidad sexista en
el que se asientan los privilegios y el poder de los hombres supone graves consecuencias
para las mujeres. Pero también resulta negativo para los propios hombres, lo que se define
como los “problemas de género de los hombres”.
Éstos problemas, que se consideran específicos de la masculinidad porque afectan de
forma significativa a los hombres, son consecuencia también del mismo sistema sexo género y de la socialización sexista. De este modo, los hombres (aunque no todos ni en el mismo
grado), a través del modelo de masculinidad hegemónica no sólo generan graves problemas
de género, sino que también los protagonizan y padecen.
Los hombres ante la igualdad
Aunque hoy en día siguen vigentes muchos de los elementos básicos de la masculinidad
tradicional, uno de los rasgos más característicos de nuestra sociedad es el dinamismo y el
cambio social. Estas dinámicas, motivadas fundamentalmente por los cambios liderados
por las mujeres, no son ajenas a los hombres.
Se podría afirmar que en la actualidad hay un 5% de los hombres que pueden definirse
claramente como igualitarios, mientras que un tercio de los hombres serían los reaccionarios o “agresivos” frente al cambio de las mujeres5. La clave estaría, por tanto, en la gran
mayoría de hombres “desorientados”6, que asumen la igualdad como valor y principio pero
que no la practican de forma estable y consciente. Así, el reto de la igualdad es atraer hacia
posiciones más igualitarias a un número cada vez mayor de hombres que hoy en día pertenecen a esa mayoría silenciosa.
Para profundizar en el cambio de los hombres hacia la igualdad, es necesario también desmontar los procesos y discursos de legitimación social de la violencia como método para resolver conflictos. Es importante apostar por formas dialogadas que partan del respeto a la dignidad de las demás personas y que se basen en la negociación y la libertad de opción personal.