En este octavo cuento de Symetrías, «Y María se casó con Juan», queremos resaltar la importancia de educar a nuestros hijos e hijas en un mundo de igualdad para que sean libres del machismo.
A los padres y madres les preocupan cosas como que sus hijos e hijas tengan conductas violentas o desafiantes con otros niños y niñas, por eso les corrigen cuando insultan o levantan la mano a un amiguito o amiga. Pero muchos progenitores no se paran a analizar la forma en que ellos se relacionan con sus hijos e hijas. «¿Qué aprenderá si le digo que no grite mientras le levanto la voz, que no pegue a su hermana mientras le zarandeo del brazo, que no insulte mientras le recuerdo lo tonto que es, que no trate mal a las mujeres si el padre trata mal a la madre?
Antes de plantearse cómo educar a sus hijos e hijas en un contexto de igualdad, los padres y madres deberían analizar desde qué parámetros fueron educados, y qué papeles desempeñan dentro su propio sistema familiar. No es eficaz tratar de educar a un hijo o hija en la corresponsabilidad de las tareas del hogar mientras observan cómo, en su día a día, es su madre quien renuncia a su tiempo para hacer las tareas domésticas.
Roles de género
En una sociedad cada vez más unisex es casi obligatorio preguntarse para qué sirven los roles de género, esas manifestaciones del tipo «las niñas son más obedientes y maduras y los niños más brutos, pero más nobles». Son coletillas que chirrían con solo leerlas, pero que no dejamos de repetir, y no tienen nada que ver con factores biológicos; se dan en los seres humanos independientemente de su género.
Las frases que tienen como objetivo demostrar que alguien «ayuda en casa» o «ayuda a la mujer», en este caso refiriéndonos a los hombres, deben erradicarse. Las tareas del hogar y de cuidado de los hijos son comunes, cosas de dos, y en ningún caso la mujer carga con todo y el hombre «ayuda».
Hay que enseñar a las niñas que no hay necesidad de gustar. No hay que resaltar constantemente su físico, su ropa, lo guapas que están, porque alimentará su idea de que debe estar así para gustar. Por otra parte, debe aprender a quejarse, a decir que no, y a utilizarlo cuando crea necesario.
Niños y niñas deben recibir educación sexual, pero especial incidencia en ellas para que sepan decir qué quieren hacer y qué no. También en el amor, donde deben comprender desde pequeñas que el amor es mutuo, no desvivirse por una persona, y que está lejos de lo que conocemos como amor romántico con situaciones de control, celos o sentimiento de pérdida constante.
Autora del cuento: Rebeca Olcina Yuguero
Dedicada al mundo de las finanzas en una multinacional ha podido formar parte de su voluntariado, tomando parte en diversas acciones solidarias.
La curiosidad por la conducta humana y sus formas de expresarse dan forma a un proyecto multidiciplinar que une el arte, la literatura y los valores éticos. Conceptos que nos hacen mejores personas, desde un punto de vista creativo.
Emprende su proyecto con la Factoría de Industrias Creativas en Madrid. Actualmente, está Iniciando su carrera literaria con libros.com